lunes, 11 de septiembre de 2017

Reflexion sobre uno de los tantos de Maktub

Dice el maestro: Reza todos los días. Incluso sin palabras, sin peticiones sin entender por qué, haz de la oración un habito. Si al principio fuese difícil, proponte a ti mismo: “La próxima semana rezare todos los días”. Y renueva esta promesa cada siete días. Acuérdate de que no estas sólo estás creando un lazo más íntimo con el mundo espiritual; también entrenas tu voluntad.
Es a través de ciertas prácticas como desarrollamos la disciplina necesaria para el verdadero combate de la vida.
No sirve de nada olvidar la promesa y al día siguiente rezar dos veces. Tampoco sirve de nada rezar siete oraciones en un día y pasar el resto de la semana pensando que has cumplido tu tarea. Ciertas cosas han de ocurrir en la medida y el ritmo apropiado.
Mi comentario al respecto de esta reflexión: Definitivamente debemos diariamente entrar en nuestro interior y tomarnos un tiempo para la reflexión, para la comunión con el mundo espiritual, una conversación con Dios, y a la vez no olvidar que estamos hechos para él. Somos seres humanos que constantemente buscamos el acogimiento espiritual.}
Diario debemos pulir el entusiasmo y la voluntad en pequeñas promesas diarias.

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